Pocas veces un riesgo está tan cerca de una oportunidad.
Riesgo de brecha inmunológica
Durante años, los estudios científicos han demostrado repetidamente que tenemos una mayor susceptibilidad a la infección después de sesiones de entrenamiento o competiciones extenuantes - también conocido como el efecto ventana abierta. Esta "brecha inmunológica" no puede evitarse y la denominada brecha se hace cada vez mayor a medida que aumenta la intensidad y/o la duración del ejercicio. Los deportistas al borde del sobreentrenamiento tienen una brecha especialmente grande y corren un riesgo especial.
¿Cómo se crea este efecto? Muy sencillo:
El ritmo cardíaco y la presión arterial aumentan durante la práctica deportiva. El organismo libera varias hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Influenciados por estas hormonas, los glóbulos blancos, también llamados leucocitos, se multiplican. Se encargan de una gran parte de la defensa inmunitaria.
Nuestro cuerpo necesita recuperarse después del ejercicio. El nivel de leucocitos desciende incluso por debajo del nivel que existía antes del ejercicio. El periodo entre este bajo nivel de leucocitos y la recuperación del número habitual se denomina brecha inmunológica o efecto de ventana abierta.
Un tiempo de recuperación demasiado corto, un entrenamiento demasiado duro y prolongado antes de que se completen los procesos inmunitarios y de recuperación propios del organismo, así como el estrés, conducen a periodos de tiempo significativamente más largos con un sistema inmunitario que no funciona plenamente. Por lo tanto, es igualmente importante proteger y apoyar el sistema inmunitario.
La oportunidad
Por otra parte, los estudios demuestran que las puertas de las células de nuestro cuerpo están abiertas de par en par durante una hora como máximo después de sesiones de entrenamiento extenuantes. Los últimos estudios hablan incluso de ¡sólo media hora! Durante este tiempo, es mucho más fácil para nuestro organismo canalizar los nutrientes absorbidos hacia las células del cuerpo para acelerar el proceso de regeneración y apoyar el sistema inmunitario.
El resultado
Si nos fijamos en ambos, llegamos a una conclusión sencilla y a unas instrucciones claras para la nutrición inmediatamente después del ejercicio:
En lugar de permanecer de pie bajo el frío o el viento para entablar conversaciones triviales o hacer otras cosas, tiene sentido volver a calentar el cuerpo lo antes posible y aportar nutrientes importantes en los primeros 30 minutos tras finalizar la sesión. Esto se debe a que nuestro cuerpo puede absorber los nutrientes mucho más rápida y fácilmente durante este tiempo.
En primer lugar
01
Hidratos de carbono para eliminar el déficit energético agudo y reponer las reservas de glucógeno.
02
Aminoácidos y proteínas para la regeneración de músculos, ligamentos y tendones.
03
Vitaminas y minerales para reforzar el sistema inmunitario. Sobre todo vitamina C, zinc y sodio.
Usted decide si lo hace mediante la ingesta de alimentos adecuados o a través de productos especiales de recuperación y complementos alimenticios. Los alimentos más difíciles de digerir tienen el inconveniente de que no se absorben en los primeros 30 minutos.