Cuando Squeezy vio la luz en 1987, el Protocolo de Montreal dominaba la prensa diaria. Un acuerdo multilateral para proteger la capa de ozono. El acuerdo, que entró en vigor en 1989, sigue considerándose hoy un hito en la protección del medio ambiente.
Se han hecho muchas cosas en materia de protección del medio ambiente, pero como todos sabemos hoy en día, ni de lejos lo suficiente, y por eso no es la capa de ozono la que hoy nos causa dolores de cabeza a todos, sino sobre todo el calentamiento global, los microplásticos en los océanos, la disminución de los bosques y la contaminación atmosférica.
Como fabricante de una de las marcas de nutrición deportiva más antiguas del mundo, somos conscientes de que los materiales de envasado son parte del problema. Con medidas como nuestros rellenadores de gel y las botellas reutilizables para beber gel, nos apresuramos a ofrecer soluciones que siguen vigentes hoy en día.
Como ciclistas y corredores, también somos conscientes de los problemas que plantean los residuos de envases, más evidentes que nunca en los grandes acontecimientos:
¡Es demasiado! ¡Y es el material equivocado!
Y aunque la humanidad es capaz de enviar robots a Marte y la tecnología médica ha progresado increíblemente en un tiempo récord, es extremadamente difícil hoy en día, como lo era hace más de 30 años, ofrecer una nutrición deportiva con el enfoque más holístico posible.
El material de envasado por sí solo plantea verdaderos retos para nosotros como fabricantes y para nuestros socios. Por desgracia, no todo puede puede envasarse en envases ecológicos. Si intervienen ácidos, muchos materiales se rechazan o la vida útil del producto desciende a un mínimo que el cliente no tolera.